Domingo 2º de Pascua


«Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.»
Dicho con menos palabras: “El que ama a Dios, ama a los hijos de Dios. Y el que ama a los hijos de Dios, ama a Dios.” Y no podemos ni debemos dar más vueltas al asunto.
Tomás, el que exigía ver y tocar para creer, tuvo su oportunidad; pero Jesús resucitado proclamó ante él su última bienaventuranza: «Dichosos los que crean sin haber visto.» Claro que esa fe se confiesa humildemente, pero exige un estilo de vida y unos compromisos.
Y de ello nos habla el libro de los Hechos de los Apóstoles: «En el grupo de los creyentes… lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía…» Creer hoy en Jesús exige defender la vida y el reparto de los bienes de la tierra, defender los intereses de los más necesitados, tanto de personas como de pueblos, y hacer lo que sea para que «nadie pase necesidad».
Lo cual nos trae a la memoria otras palabras de Jesús: los hambrientos han de ser saciados, los desnudos vestidos, los enfermos atendidos para que se recuperen, los prisioneros visitados…
La Pascua cristiana nos invita a compartir pan y Vida. Dichosos si lo creemos y arrimamos el hombro a la hermosa tarea.

Música Sí/No