Domingo 6º del Tiempo Ordinario


La lepra del tiempo de Jesús era una enfermedad tan cruel como lo es actualmente el sida. No sólo producía daño en la persona, degradándola física y moralmente. Producía un daño social: el enfermo quedaba excluido de todo el sistema; nadie le podía tocar, nada que él tocase podía ser ya utilizado. Era impuro.
Lo que en un principio era una norma sanitaria, para evitar contagio y epidemia, con el tiempo se convirtió en una razón para excluir, para negar todo derecho a quien lo padecía. Adquirió también un valor religioso: Dios premia y castiga el comportamiento humano ya aquí; la felicidad o infelicidad es consecuencia del cumplimiento de la ley de Dios. Una enfermedad así no puede ser otra cosa sino fruto del pecado. "¿Quién pecó, él o sus padres, para que naciera ciego?" La lepra se convierte también en señal evidente del rechazo de Dios.
Con Jesús se instaura una nueva manera de vivir y de estar: nada ni nadie es impuro, nadie debe ser excluido; Él pone por encima de todo al ser humano; con Jesús toda norma social o religiosa no tiene valor ante el sufrimiento y la dignidad de la persona.
Y vemos en el Evangelio cómo Jesús, en el diálogo con el enfermo, va provocando el acercamiento hasta llegar al contacto físico y sobre todo, al contacto personal: ¡Quiero, queda limpio! no es la obra de un brujo ni de un milagrero, sino el gesto acogedor de quien al tocar al otro le reintegra a su dignidad y a su colectividad, a su pueblo.
¡Cómo no vamos hoy a recordar a tantos y tantas, creyentes y no creyentes, que con su trato humano y humanizador han devuelto y están devolviendo la dignidad a los excluidos de nuestro sistema social, enfermos, extranjeros sin papeles, ancianos abandonados por sus familias, mujeres ultrajadas, niños y niñas que estorban y no valen nada! Ellos y ellas, con su gesto, nos redimen a todos y al mismo tiempo nos indican el camino que todos debemos recorrer para acabar con el pecado inhumano del desprecio y de la exclusión de cualquier ser humano.

Del Consejo Parroquial:
1. Manos unidas: 594,74€
2. Aproobación de las Cuentas del 2008
3. Bautizos en un domingo al mes, manteniendo el primer sábado de mes.

Música Sí/No