Natividad del Señor

 
Esta mañana ha amanecido un sol de justicia. Estamos de enhorabuena porque Dios sigue apostando por nosotros, los seres humanos. Alguien pudiera decir que no nos lo merecemos, y es verdad. ¿Qué hemos hecho, qué estamos haciendo que valga realmente la pena? En nuestras vidas abundan más las noches oscuras que las mañanas soleadas. En nuestro mundo dejamos que dominen las tinieblas más que la luz que todo lo domine.

Sin embargo Dios sigue encarnándose, haciéndose el Dios-con-nosotros. No estamos condenados al desastre sino al triunfo y a la plenitud.

Un Niño se nos ha dado, es posible la esperanza, el Amor sigue abundando, aunque se revista de pequeñez y anonimato. Allá por donde vayamos lo descubriremos a poco que miremos con ingenuidad y sencillez. La bondad seguirá existiendo en nuestra tierra, no importa que por momentos el frío nos congele el corazón. Siempre estará ahí, disponible y ofreciéndonos calor y humanidad.

Felicitémonos, hermanas y hermanos, Dios nos quiere y no se avergüenza de ello. Contemplemos el milagro y hagamos que Navidad sea siempre, hoy y todos los días. En nuestra mano está, no acallemos la Palabra ni apaguemos la Luz. ¡Feliz Navidad!

Música Sí/No