Domingo 15º del Tiempo Ordinario


El lenguaje en parábolas, del que Jesús tanto gustaba, tiene la capacidad de sugerir lecturas diversas, porque deja que sea el oyente quien las interprete finalmente. Así, en la parábola del sembrador que acabamos de escuchar, cabe pensar que el sembrador estuvo poco acertado en su tarea y que su esfuerzo fue bastante estéril; pero cabe decir también que las tensiones y dificultades del momento ahogarán muchos esfuerzos. ¿No nos ocurre así a nosotros en nuestras tareas cotidianas? En cualquier caso, y eso sí lo quiere dejar claro Jesús, el presente, a pesar de su problemática apariencia, tiene el germen del futuro, porque habrá cosecha.
Los ojos de Jesús parecen muy abiertos. Sabe que se agotarán muchos de los trabajos del sembrador, pero también conoce la misteriosa potencialidad de las acciones humanas, que hacer crecer la vida sin que se sepa bien cómo. Habrá cosecha a pesar de las incontables pérdidas que inevitablemente se producirán.
Este lenguaje de Jesús tiene la habilidad de hacer creer que el futuro es posible y que las salidas son muchas, y es un potente antídoto contra el fatalismo: nunca hay que contentarse con lo evidente; la vida es misteriosa y sorprendente y nosotros poseemos capacidades que ni siquiera sospechamos. El oyente interpreta y queda tocado por la esperanza.
Una posible interpretación, entre las muchas que se han hecho y se seguirán haciendo, es el de la tierra buena; hay que ser tierra buena para que la palabra fructifique. Curiosamente esta es la que más puntos ha recibido en la historia de la Iglesia. Está bien, siempre que no anule otras, igualmente válidas.
Porque Jesús, en lo que insistió es en el carácter misterioso de la semilla, que va a seguir cayendo porque el sembrador reanuda su tarea una y otra vez, y por lo tanto, más que advertencia sobre nuestra inconstancia y falta de escucha, es un mensaje alentador a seguir sembrando y confiando. Nosotros seguiremos escuchándolo en los domingos que siguen, y nuestra oración al Padre ha de ir en la línea de pedir que nos transforme en tierra cálida y acogedora, pero también de pedir su siembra, su palabra, su mensaje.

Música Sí/No