El próximo domingo atenderemos a la
voz de Manos Unidas y su Campaña contra el Hambre. Pero hoy escuchamos a Jesús
que, aún sabiendo cómo somos, nos elige y nos destina, como a Pedro y los Apóstoles,
a dar razón del evangelio.
No somos los primeros en reconocernos
inútiles, poco valientes y escasamente convencidos de nuestra fe. Lo mismo les
pasó a los profetas y a los primeros seguidores de Jesús, Pedro incluido.
Seguirá sucediendo a otras personas, porque los seres humanos somos de esta
pasta tan precaria.
Aún así, el Dios de Jesús y Jesús
mismo, cuentan con nosotros, pescadores de hombres, así nos titula el
evangelio; no tenemos por qué sentir vergüenza. No se trata de que vayamos
molestando a nadie, sino de hacer profesión de lo que somos, con sencillez y
claridad, humildemente, pero decididos. Con palabras cuando convenga, pero
sobre todo con el ejemplo de una vida acorde con el evangelio, como miembros de
esta Iglesia que camina en medio de esta sociedad.
A la vista de los tres testimonios que
nos ofrece la liturgia, –Isaías, Pablo y Pedro–, nuestras dudas tal vez
provengan de saber cuándo y cómo nos habla Dios, de qué manera discernir su voz
y en qué circunstancias.
No esperemos que nos ocurra como a Isaías,
porque él tenía una cultura bien diferente a la nuestra. Ni como a Pablo, judío
y ciudadano romano del siglo I. Tampoco como a Pedro, aquel pescador del mar de
Galilea. Si lo hiciera por WhatsApp no tendríamos dificultades. Para Dios ningún
medio es extraño, pero nosotros necesitamos sintonizar con la onda adecuada,
aquella en la que tanto Dios como nosotros coincidamos. Y nosotros somos hijos
e hijas de esta cultura actual.
En el fondo, un cristiano es siempre
un teólogo, porque piensa su fe. Lo dice un teólogo de categoría, Gustavo Gutiérrez.
Y yo digo que es verdad. Pero también añado que uno puede ser teólogo en activo
o de vacaciones, a tiempo completo o por horas, ortodoxo o heterodoxo,
disciplinado o ácrata, en fin, de múltiples y variadas maneras. Incluso bueno o
malo.
A eso lo solemos llamar oración,
meditación, espiritualidad, tiempo de reflexión…
Recuperarlo, si lo hemos desatendido,
o alcanzarlo, si no lo tenemos, debería ser nuestro primer objetivo.
AVISOS
1º. El próximo miércoles, día 10, es
Miércoles de Ceniza. Nos impondremos la ceniza. (SanyRes: 11:00 horas).
2º. En solidaridad con toda la gente que sufre el
hambre en el mundo, Manos Unidas nos propone, el viernes día 12, como día del
ayuno voluntario.
La colecta para la campaña se hará en las misas del sábado
13 y el domingo 14.
El lema de este año es: “Plántale cara
al hambre: SIEMBRA”.
3º. Está expuesto el balance económico
del año 2015 de la Parroquia. Miradlo para estar informados de cómo entran y
salen los dineros.