“Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A Él
pertenece el tiempo y la eternidad, a Él la gloria y el poder por los siglos de
los siglos.”
No tengáis miedo de no ser creídos, de
que os tachen de locos o delirantes. Gracias a las mujeres en las que permanecía
el amor y fiándose de su palabra Pedro fue al sepulcro, miró y volvió admirándose
de lo sucedido.
Tenemos miedo de las sorpresas de
Dios, porque Él nos sorprende siempre.
No nos cerremos a la novedad que Dios
quiere traer a nuestra vida.
No perdamos la confianza nunca. No nos
resignemos. No hay nada que Dios no pueda cambiar ni pecado que no pueda
perdonar.
Hagamos memoria del camino recorrido y
abramos el corazón de par en par a la esperanza.
Que Dios nos haga capaces de hacer
memoria y de sentirlo como el Viviente, vivo y operante entre nosotros.
Hermanos hemos celebrado el paso de
Dios entre nosotros y lo ha dejado todo sembrado de amor y de esperanza. El
sepulcro ha florecido. La resurrección de Cristo es un sí a la vida y al ser
humano. Tenemos el derecho a esperar un mundo nuevo y el deber de trabajarlo.
Quien ha experimentado la fuerza de Jesús resucitado no puede guardarla para sí.
¡Feliz Pascua florida! ¡Feliz Pascua
de amor! Acuérdate que eres Pascua, que Cristo resucitado siga resucitando en
ti. Ayuda tú también a que otros resuciten.