Domingo 6º del Tiempo Ordinario. Manos Unidas-Campaña contra el hambre



Si el pasado domingo Jesús sacaba del anonimato a la suegra de Simón, relegada por el doble motivo de ser mujer y estar enferma, y la ponía en pie para que ejerciera de sujeto activo de su vida, hoy es otro enfermo, también anónimo y condenado a la marginación a causa de las leyes religiosas y sociales, quien le reclama y le pide la salud.

Jesús no duda en romper las normas y acercarse al doblemente impuro para restituirle en su integridad física y en su dignidad. Así nos muestra que el Dios del Reino que anuncia tiene preferencia por los excluidos y no consiente que permanezcan marginados, sino que como el padre bueno de la parábola, los recibe con la puerta de casa abierta de par en par, y sana su cuerpo y su alma con el abrazo del amor desmedido.

La enfermedad hoy día sigue siendo motivo de sufrimiento, y también desgraciadamente ocasión para generar pingues beneficios; es un arma estratégica de los intereses económicos de nuestro sistema. Quienes queremos hacer el bien como Jesús, y luchar contra el mal, hemos de mostrarnos sensibles ante las personas enfermas, acercarnos a ellas para que se sientan integradas, y cooperar para que los medios sanitarios dejen de ser una prerrogativa de los ricos, sean personas sean países.

Con el lema “La Salud, derecho de todos: ¡Actúa!”, Manos Unidas-Campaña contra el hambre solicita de nosotros que, como Jesús, nos pongamos en movimiento ante el sufrimiento de la mayor parte de la humanidad actual, que aún está tan indefensa frente a la enfermedad.

Una gran parte de las enfermedades que abruman a los pueblos pobres se deriva de su economía de mínimos y de su mala alimentación. Por eso este año, nuestro arciprestazgo asume el patrocinio de un proyecto de huerto colectivo para mujeres del pueblo de Ryad, perteneciente a Rosso, en Mauritania.

Supondrá la selección de 200 madres de familia, su preparación para cultivar la tierra, hasta ahora improductiva, la construcción de un pozo e instalación de sistema de riego, la adquisición de semillas, fertilizantes y pesticidas, y la comercialización de excedentes, que supondrá el mantenimiento del proyecto.

Manos Unidas asegura la supervisión de todo el proyecto, que se hará íntegramente por las personas del lugar, y comprobar los beneficios en nutrición, salud y bienestar que puede resultar de todo ello para los habitantes del pueblo de Ryad.

El costo total, 34.447€, es el reto que las parroquias del arciprestazgo La Rubia-Parquesol pretendemos alcanzar, a pesar de la crisis que nos agobia; porque si nosotros estamos mal, otros están mucho peor.

La colecta de hoy se verá incrementada con la limosna cuaresmal que hagamos en su momento, como en años anteriores. Contribuir en la medida de nuestras fuerzas es seguir el ejemplo de Jesús, que se acerca al leproso, le toca y le dice «Quiero, sé limpio».

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