Entre los cristianos, últimamente, se está generalizando de alguna manera dos estilos o formas de estar, que se imaginan contrapuestas y excluyentes: cumplir lo que está mandado o seguir según el evangelio. Esto definiría a quienes están dentro o fuera de la Iglesia.
No es una discusión nueva, porque ya Jesús tuvo que tenerla en cuenta. Entonces era estar con la Ley, o estar con el Reino. Bien vemos lo que él dijo: «No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud».
Pero a continuación invita a corregir la mirada, porque es ahí donde está el asunto: la ley como mero cumplimiento, la ley como búsqueda de la voluntad de Dios y su justicia.
Para los cristianos está tan claro como el día que lo único que debe importarnos es pensar y vivir pareciéndonos lo más posible a Jesús. Y que sólo así cumpliremos las leyes según el corazón de Dios.
Manos Unidas viene hoy en nuestra ayuda, ofreciéndonos la oportunidad de cumplir las leyes no sólo en la letra, sino también en el espíritu. Es decir, cumpliendo y amando, o amando en el cumplimiento.
Con el lema “Su mañana es hoy”, esta organización cristiana nos trae una realidad cruel, aunque sea lejana: millones de niños no tienen futuro, sólo un presente sin esperanza. Nuestra colaboración y solidaridad es llevar la ley a su perfección, no sólo las leyes humanas, también las divinas.
Oremos desde nuestra fe, y trabajemos sin descanso por la justicia.
Proyecto de Manos Unidas que adoptamos todas las parroquias de nuestro arciprestazgo en la campaña de este año contra el hambre.